Alonso Hernández Antón, graduado en Física por la Universidad de Zaragoza, ha ganado el Certamen Arquímedes
Alonso Hernández Antón, graduado en Física por la Universidad de Zaragoza, ha ganado el Certamen Arquímedes (convocatoria) con el que el Ministerio de Universidades premia a los mejores trabajos de investigación realizados en universidades españolas por estudiantes de grado o máster.
Alonso ha recibido el “premio especial del jurado” (BOE), la mayor distinción del certamen, ya que se concede únicamente uno de entre todos los participantes y categorías, al mejor trabajo que destaque por su impacto científico, tecnológico o social en cualquiera de las áreas. Su trabajo de fin de grado titulado “Corrección cuántica de errores con qudits moleculares de espín” fue co-dirigido Alberto Castro (investigador ARAID en el Instituto de Biocomputación y Física de Sistemas Complejos (BIFI) de la Universidad de Zaragoza, y Fernando Luis y David Zueco, ambos investigadores del CSIC en el Instituto de Nanociencia y Materiales de Aragón (INMA, centro mixto CSIC-UNIZAR).
Últimamente se ha oído mucho hablar de la computación cuántica, una propuesta novedosa y alternativa que, a largo plazo, promete acelerar exponencialmente la capacidad de computación y abrir la puerta a aplicaciones tan importantes como la búsqueda de nuevos fármacos, el desarrollo de materiales a la carta, la ciberseguridad o las finanzas.
El grupo “Quantum Materials and Devices” del INMA lidera una iniciativa, en la que participan el BIFI y el I3A, para desarrollar un procesador cuántico basado en moléculas magnéticas. Su propuesta consiste en almacenar la información (ceros y unos) en el espín de dichas moléculas y manipularla mediante circuitos superconductores. El principal reto que plantean estos dispositivos es su extrema sensibilidad al ruido, un fenómeno conocido como “decoherencia”, lo que hace necesario aumentar la velocidad de operación y, al mismo tiempo, mantenerlos bien aislados de perturbaciones externas.
El trabajo de Alonso proporciona una novedosa e interesante solución a este problema. Ha adaptado técnicas de simulación numérica que permiten optimizar los pulsos de control de los espines teniendo en cuenta su interacción con fuentes de ruido. Los resultados son prometedores, ya que se ha visto que se pueden alcanzar fidelidades superiores al 90% aún en presencia de ruido.